Pese a que el tránsito fue un caos y los cobradores quisieron hacer su agosto en pleno octubre, aunque algunos fueron a votar por temor a la multa y el tumulto de gente abarrotaba todas las calles de la ciudad, sé que todos pensábamos lo mismo: que Lima gane.
Luego de una larga faena electoral, cuando el reloj marcaba las 8 de la noche y se tenía los primeros resultados a boca de urna. En ese momento, el conteo rápido favorecía a la candidata de la izquierda, Susana Villarán, quien con 38.4% frente al 37.1% de su competidora, al 12%, se veía como la electa ‘alcaldesa de Lima’. Claro, América Noticias, no se atrevió a mencionarla como ganadora, pues las cifras aparecían muy ajustadas y nada estaba dicho.
Mientas algunos acaldes regionales y provinciales, celebraban su triunfo con cifras que hablaban por sí solas. Nosotros los limeños, maldecíamos a Magadalena Chu, jefa Nacional de la Oficina Nacional de Procesos Electorales del Perú por el retraso con los resultados más esperados de los últimos tiempos.
Las horas transcurrían y la plaza San Martín aglomeraba a cientos de jóvenes que infestaban el centro de la ciudad, quienes a viva voz gritaban “¡Ya ganamos!”, “¡Viva Fuerza Social!”, entre otros alaridos.
El cantante Julio Andrade, quien sorpresivamente trató de robarse el show desde el balcón del hotel Bolívar, interpretó temas al aire libre, convirtiéndose así, en una fiesta sin ganadora anunciada.
Paralela a la escena, la candidata de la derecha, Lourdes Flores no se presentó ante su público hasta aproximadamente 10 de la noche. En tanto, Javier Bedoya la hacía de ‘telonero’ y trató de mantener los ánimos en alto de toda la agrupación y adeptos del PPC-Unidad Nacional, quienes se instalaron en Breña, diciendo -o tal vez mintiendo- que “17 de los distritos capitalinos estaban asegurados”.
Su escenario era más tranquilo, sin tanta gente, a comparación a la de los ‘susanistas’, pero que de igual forma se oyeron las vivas una y otra vez. Luego de una hora, salió Flores Nano ante sus seguidores, quien con el mismo argumento de Bedoya, se mostró firme y confiada de una victoria para su partido, pese a que las cifras de conteo rápido decían lo contrario.
Al interior
Mientras Villarán agradecía con gestos desde le balcón y Flores ignoraba, sentadita, los primeros conteos de Ipsos Apoyo. Al interior del país, se vivía un caos infernal, de una magnitud muy superior al que vivimos los capitalinos al momento de ir a sufragar. Tanto en Chiclayo como Arequipa e Ica, las ánforas fueron quemadas por los mismos pobladores. Y en muchas ciudades, se tuvo que suspender las elecciones.
Ante un desenlace como este, me pregunto, ¿cómo se desarrollarán las elecciones presidenciales del 2011?
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